lunes, 18 de mayo de 2009

Los no ciudadanos

RAÚL TORRES
El Lobby

La declaración puede considerarse como una reveladora “perla” que muestra mucho del talante y la convicción selectiva del candidato que la lanzó al aire en un programa de radio la semana pasada.

El viernes 8 de mayo, Jorge Salinas, aspirante a la alcaldía tapatía por el PAN, se presentó al programa radiofónico matutino Forma y Fondo, que conducen los periodistas Laura Castro y Jorge Navarro (Jonas). Ya hacia el final de la transmisión, Laura Castro retomó una pregunta del auditorio dirigida hacia todos los candidatos y la soltó directa:

–Don José Delgadillo nos dejó una serie de preguntas para todos los candidatos y tienen que ver con el movimiento ciudadano para anular el voto (…): “sé que legalmente ganará el candidato que tenga más votos válidos, así sea sólo uno, pero me gustaría conocer la opinión de los candidatos si en la próxima elección el número de votos nulos fuera mayor a los del candidato ganador. ¿Aceptaría formar parte de un gobierno sin legitimidad?”.

La respuesta de Salinas Osornio, diputado haciendo campaña, fue tajante.

–Yo creo que no se puede llamar ciudadano quien no vota.

–¿Pero si lo anula? –preguntó Jorge Navarro.

–Es no votar, es no tomar una decisión a final de cuentas, ese no puede ser ciudadano, desde el sentido etimológico y desde el sentido… desde todos los sentidos, –concluyó Salinas.

Antes de seguir, el que escribe se confiesa: según la nueva taxonomía del legislador especialista en estos temas, esta mano del Lobby no pertenece a la categoría de los ciudadanos, aunque no deje de ser persona (o ser humano, como se prefiera), pues aunque conserva la misma credencial de elector desde 1993 (sólo para trámites burocráticos), dejó de emitir sufragios en 1997.

Dicho lo dicho, hay varias consideraciones sobre lo dicho por Salinas Osornio. No votar o anular el voto también es tomar una decisión, pues a fin de cuentas se está optando por hacer o dejar de hacer algo, más allá de lo establecido como derecho u obligación en el torcido sistema político de esta nación (que eso sirva o no de algo es otra discusión).

Suponiendo que sobre quien anula su voto o no vota cae una especie de conjuro que le exime de ser ciudadano, entonces hay un gran número de “no ciudadanos” en el país. De hecho, y haciendo caso sólo a los números del IFE (es decir, sin contar a los menores de 18 años y a los que no tiene registrados), somos poco más del 44 por ciento de las personas que tienen derecho a votar y a ser votados (aunque este último sea un derecho inútil si no se está dentro del sistema de partidos). Parece entonces que algo anda mal con esta democracia.

Según el IFE, en 2006 no votaron 29 millones 583 mil 51 personas y anularon su voto 904 mil 604 personas; ese mismo año, en Jalisco no votamos poco más del 39 por ciento de los enlistados en el padrón, y anularon sus votos 54 mil 214 personas. Según estos mismos números y la tesis del candidato diputado, en Guadalajara sólo hay 810 mil 82 ciudadanos, pues de las 825 mil 610 personas que votaron, 15 mil 528 anularon su voto.

Salinas sustenta sus dichos apelando a la etimología, pero habría que recordar entonces que la palabra ciudadano proviene del latín civis, cuyo significado original se distorsiona en la lengua castellana, pues su única herencia en nuestra lengua llega a través del adjetivo civilis (civil). En latín, la palabra civis designaba, antes que a la ciudad, a la persona, cosa importante para entender lo que en verdad significa. En español es al revés, pues la palabra “ciudadano” deriva de la palabra “ciudad”, lo que, de facto, provoca que los derechos políticos (como parece que los entiende Salinas) se fundamentan en una cuestión de geografía política. Quizá por eso la política de este país está como está.

Siguiendo con esta lógica de pensamiento salinista, lo opuesto a “ciudadano” es “extranjero”, y con ese argumento sería entonces posible explicar por qué muchos nacidos en estas tierras nos sentimos como extraños en ellas. Aunque pensándolo mejor, no suena mal ser un no ciudadano y salirse de esa lógica, más aún si es viernes de noche.

0 comentarios: