lunes, 11 de mayo de 2009

Partidos políticos en Jalisco, sometidos a Raúl Padilla y Juan Sandoval: académico

La situación social y económica no cambiará mientras se les permita intervenir, dice

JORGE COVARRUBIAS

Poco se puede esperar de los partidos si éstos no pueden ser autónomos en sus decisiones, refiere el politólogo del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) Joaquín Osorio Goicoechea. En entrevista con La Jornada Jalisco, el académico del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos de esta casa de estudios sostiene que la situación social y económica del estado no cambiará en mucho con la renovación de poderes, no mientras se permita a Raúl Padilla López y a Juan Sandoval Iñiguez intervenir en asuntos que no les competen.
Para el analista político, una demostración palpable de que los partidos están sometidos a estas dos figuras –el ex rector de la Universidad de Guadalajara (UdG) y el cardenal– se exhibió la semana pasada en el Congreso del Estado, donde los diputados fueron incapaces de nombrar al nuevo titular del Instituto Estatal de Transparencia y Acceso a la Información (ITEI).
“Lamentable, lo digo, porque tanto la dirigente del PRI, Patricia Retamoza, como el dirigente de la fracción del PRI (Juan Carlos Castellanos), le dijeron directamente al candidato más calificado, Esteban Garaiz, que tenía que cabildear con el licenciado. Entonces resulta que el licenciado es Raúl Padilla López, ex rector de la Universidad de Guadalajara, que no es miembro, digamos, de ningún partido y, sin embargo, los priístas le tienen que pedir permiso para ver si deciden, si tienen capacidad de decidir sobre quién preside el organismo de la transparencia y el derecho a la información, que es un derecho social, un derecho que tenemos todos los ciudadanos y que obliga a todas las instituciones, incluida a la UdeG, a dar cuentas claras de lo que está haciendo. Y por otra parte, en lo oscurito, más discretamente, la misma dirigencia del PAN le insinuaba a Esteban Garaiz que era importante tener la anuencia del licenciado. Ahora resulta que al licenciado no hay ni que nombrarlo, ya sabemos quién es. Por supuesto, en el PRD sabemos nosotros, en el PRD local, el licenciado secuestró a ese partido, incrustó en sus dirigencias a las personas más importantes como dirigentes, la gente de su grupo político y finalmente también el licenciado tiene tentáculos que llegan al PRI, al PAN, al PRD, no se diga a los partidos pequeños”, señaló.
“Para uno como ciudadano, y a lo mejor nosotros en el análisis, vemos que el poder real, el poder fáctico, el poder que tiene el grupo de Padilla, resulta ser más importante que el poder de los partidos. Entonces, yo qué credibilidad puedo tener, un ciudadano qué credibilidad puede tenerle a dirigentes de partido, a candidatos a la presidencia del municipio que te guste, si no pueden decidir nada por sí mismos, tienen que pedirle permiso a alguien que no es miembro de ningún partido y que de hecho es el que ejecuta las acciones más relevantes. O es pedirle permiso a monseñor, al cardenal, o es pedirle permiso al licenciado. Entonces, me parece muy grave que los partidos no tengan la fuerza que deberían tener y la capacidad de decisión y la contundencia para proponer sus propias plataformas y sus planes de trabajo, cuando en la política real, cuando hay que decidir quién encabeza un organismo autónomo, ellos tienen que pedirle casi que recurra a esos poderes de hecho, a los poderes reales que no son de los partidos. Entonces a quién representan los partidos, a los poderes de los ricos y a los poderes de los poderosos, no se representan a sí mismos, y menos, menos a los ciudadanos. Entonces creo que es una llamada de atención para que en este inicio los partidos realmente postulen en sus discursos, discursos claros, contundentes, directos, pero que respondan a las necesidades de sus electores, no a los que los manejan”.
–¿Qué les queda a los ciudadanos ante este escenario?
–Pues no me explico, porque los partidos se asustan de la tendencia que hay tan fuerte de abstencionismo o del voto nulo, cuando los partidos no muestran que tengan capacidad. Yo creo que los ciudadanos estaríamos como más exigidos también a empujar a los partidos para que presenten candidatos decentes, candidatos importantes, candidatos que jalen.
El analista coincidió en que el arranque de campañas fue muy flojo, en parte por la declaración de alerta sanitaria que emitió la Secretaría de Salud (SSA) para prevenir los contagios de influenza, pero también porque los partidos no fueron lo suficientemente creativos para pensar en otras alternativas.
“Se necesita que expongan de manera muy sintética y muy clara los postulados fundamentales tanto de sus plataformas como partido, como de los planes que tiene cada uno de los candidatos; o sea, su proyecto de trabajo, de modo que los ciudadanos tengamos un mensaje muy claro, más directo, más contundente y más enfocado a convencer a los ciudadanos”.
–¿Entonces es Raúl Padilla una pieza clave en las elecciones?
–Me parece que lo han hecho una pieza clave todos los partidos; digo, por supuesto que el señor ha hecho su propio trabajo, pero me parece lamentable que los partidos le den tanta importancia, así como me parece lamentable que casi casi le vayan a pedir anuencia al cardenal y, en síntesis, más allá del cardenal o Raúl Padilla, nos damos cuenta que atrás de los candidatos y atrás de los partidos todavía estamos como en tiempos premodernos; el poder fáctico, el poder del gran señor, es el que define quiénes van y quiénes no van en una lista en un organismo autónomo y, por supuesto, tienen que estar de acuerdo en quién va y quién no va en una lista de diputados; es lamentable. Lo lamentable es que haya estos poderes que rebasan incluso el ámbito de los partidos, que está por detrás, que tiene una influencia tal, que casi casi no se puede mover un dedo si no es con la anuencia. Es curioso, en el (19)85 el Partido Acción Nacional se cuidaba muchísimo de cualquier cosa que viniera de la Universidad, porque consideraba que cualquier universitario, que cualquier movimiento en la Universidad, estaba maquiavélicamente dirigido por Raúl Padilla y resulta que ahora recomiendan que se cabildee con él o con sus personeros. Esto es un deterioro de la política.

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